(Des) regulación del reloj biológico en tiempos de pandemia

Columna de Opinión en La Tribuna de Los Ángeles de la docente de Enfermería de la UST Los Ángeles, Solange Cabezas Figueroa.

«Enfrentar el confinamiento nos ha llevado a modificar conductas habituales, alterando los ritmos de sueño y vigilia, generando distintos niveles de estrés en los integrantes de la familia. En el caso de los adolescentes, han creado su propia dinámica de vivir en casa, alterando los horarios de acostarse, levantándose más tarde de lo habitual, además de los horarios en los que se alimentan, recrean, estudian, entre otros. En los adultos, el control de sueño/vigilia también se ha modificado, acompañado de la angustia generada por la incertidumbre de no saber cuándo se retomarán las prácticas habituales, junto con mantener las labores del hogar bajo control y, en varias oportunidades, acompañado del sentimiento de soledad por estar lejos de sus seres queridos».